domingo, 30 de marzo de 2014

Que si, que no, que caiga un chaparrón...!

En la foto se ven a dos jóvenes corriendo, con postura de marcha. Arriesgándose uno un poco, me atrevo a afirmar que se trata de una de esas pruebas de marcha atlética que se disputan actualmente en cualquier parte del mundo. De hecho, mientras usted lee esto, en algún lado se estará celebrando una en la que algún virtuoso deportista haya caminado a un ritmo de crucero de tres minutos y medio por kilómetro.

Vuelvo a escribirlo para darle la oportunidad, si me está usted leyendo sin el más mínimo interés, de analizar lo que le acabo de comentar: "en estos momentos algún virtuoso en el planeta habrá acabado algún 5.000 metros marcha en pista a ritmo de tres minutos y medio el kilómetro caminando".

Reconózcalo. Usted no hará eso nunca en sus carreras, carreras de correr digo,  ni aunque se pegue veinte vueltas diarias al Parque Romano, haga pesas, abdominales y se acueste a las diez sin ver a Matamoros ni a Karmele Marchante.

Lo normal, retomando lo de las fotos, es que no se distinga a los corredores ocasionales de muchos marchadores de competición. Y esto, para su tranquilidad, no lo afirmo yo, lo inmortalizan las cámaras y sus autores.

En un intercambio de mensajes con uno de las personas que me leen y a la que leo, terminamos valorando la posibilidad de que las fotos a veces engañen...

...que sí, que las fotos engañan, afirma uno de nosotros, tan categórica como gratuitamente.

...que no, que las fotos muestran lo que hay al otro lado de la cámara, afirma el otro guiado por la estúpida idea de que algún día la marcha atlética volverá a serlo si él, un sheriff de poca monta sin placa, con un par de amigotes, logran cambiar el curso de la historia.

...que sí!
...que no!
...pues, entonces, que caiga un chaparrón!